10 noviembre 2011

El árbol navideño


Por: Rudinsky Koradinsky

Con el pretexto de conservar la tradición, matamos o torturamos árboles, para colocar sus restos, como adorno de la sala de una casa. Algunos medios de comunicación anuncian la Navidad desde noviembre. Crean un ambiente consumista, apelando a la fraternidad, el compañerismo, los convivios entre amigos y familiares, y una ilusión en los niños por los regalos. En general, anuncian diciembre como el mes más lindo del año, con olor a pino, manzanilla, flores de pascua, sabor a uvas... pero, olvidan proteger los árboles.

Origenes de la costumbre del árbol navideño

Por el frío de la época, en diciembre los habitantes de los pueblos nórdicos talaban un árbol para quemar su leña y calentarse junto a las chimeneas. Nunca imaginaron que esa costumbre sería imitada en el futuro para derribar árboles en la época navideña.

Aunque se ha pretendido atribuir a San Bonifacio la institución del árbol navideño, la paternidad de la costumbre tiene sus orígenes en la antigua creencia alemana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban prendidas las estrellas, la luna y el sol (de allí la costumbre de dotar al árbol con foquitos de colores).

Este árbol, era para los germanos, el divino Idrasil, al que rendían culto para renovar su vida cada fin de año; y en tal virtud acostumbraban adornar una gigantesca encina, con antorchas semejantes a las estrellas, la luna y el sol. En torno a este árbol, bailaban y cantaban en homenaje a los espíritus del bien. En los países de habla hispana, el árbol se incorporó con sentido más cristiano al nacimiento del Niño Dios, agregándole incluso características nacionalistas, según la cultura de cada país.

¿Qué pasó con esta costumbre?

Para realizar el nacimiento en honor del Niño Dios, muchos guatemaltecos acostumbran a colocar árboles naturales, los cuales en enero son arrojados a la basura. Por su olor y exóticas ramas, el más codiciado es el pinabete. Hipócritamente, CONAP prohíbe la tala y venta ilegal de pinabetes, pero con el pretexto de ser importado o de areas renovables, promueve el mercantilismo monopolista, autorizando su venta con un marchamo, sin importar que se trata de una especie en vías de extinción. Con la complicidad del INAB, los marchamos los vende CONAP, entre Q.4.OO y Q10.00, valor insignificante comparado con el precio de los pinabetes, que oscila entre Q500.00 y Q1500.00.


¡Con marchamo o sin marchamo, no compremos pinabetes!

Al comprar un pinabete o cualquier tipo de árbol que no sea plástico, usted está llevando un cadáver verde a su nacimiento. Promoviendo al mismo tiempo, la escasez de agua, la contaminación y la propagación de plagas productoras de muchas enfermedades infecto contagiosas.

Aparte del deterioro atmosférico por la tala de árboles, las repercusiones económicas y sociales son numerosas, entre ellas:

a) Efectos nocivos sobre la salud;

b) Consecuencias graves sobre la agricultura, la flora y fauna; y

c) Enormes gastos económicos en la lucha contra la contaminación del medio ambiente.

Los bosques constituyen uno de los recursos naturales más valiosos de la tierra. Los árboles proporcionan oxigeno para la respiración, anhídrido carbónico para que se realice la fotosíntesis, con sus raíces, los árboles rompen las rocas y evitan la erosión, las hojas y troncos que se pudren hacen más fértil el suelo. Sin suelos fértiles no sería posible sembrar plantas, sin las plantas no habría alimentos y sin los alimentos, no habría vida.

Para conservar la tradición navideña basta comprar un árbol plástico, pero para conservar la vida en nuestro planeta, debemos conservar los recursos de la naturaleza, de lo contrario nos quedarán pocas Navidades para celebrar.

En Navidad demos vida a los árboles

Mantengamos la tradición y el espíritu navideño, pero no destruyamos los bosques, ni le quitemos la vida a un árbol. Si utilizamos los restos de un árbol para un ratito, en el futuro tendremos bosques artificiales. ¿Qué prefiere, tener el aroma de un arbol para siempre o para una temporada? La mejor alternativa para realizar el Nacimiento del Niño Dios, es utilizar arbolitos de plástico.

Los arbolitos artificiales no deben ser un privilegio de las altas esferas de nuestra sociedad, o un producto exclusivo que sólo puede comprarse en los grandes centros comerciales. Los arbolitos de plástico tienen que distribuirse en cualquier mercado.

Por favor señores fabricantes, hagamos de los arbolitos de plástico un producto cuyo precio esté al alcance de las mayorías populares.

Con arbolitos artificiales, bonitos y baratos, conservaremos las costumbres navideñas y evitaremos la extinción del pinabete y la tala inmoderada de árboles.

¡En esta navidad, usemos arbolitos de plástico!


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